En la Argentina, el origen de los albergues transitorios se remonta a la década de 1910. Desde entonces, tuvieron múltiples cambios que partieron desde los lugares más elementales con baños compartido, hasta llegar a la actualidad en la que algunos de ellos parecen lujosos hoteles cinco estrellas. Sus modificaciones se produjeron en simultáneo con varias medidas gubernamentales, cambios de hábitos sociales, culturales, modas, progresos tecnológicos e, incluso, con la insoslayable pandemia. Hay muchas hipótesis respecto de su origen, varias de ellas apuntan a que nace en Argentina y puntualmente en la Ciudad de Buenos Aires.

Al principio, estos rincones de pasión funcionaban en viviendas humildes que se alquilaban para pasar la noche en pareja. Se trataba de casas con dos cuartos, un catre e incluso en algunos se compartía el baño con otros clientes; eran los primeros años del siglo XX.

En rigor, los hoteles de paso empezaron a proliferar en 1937, cuando se cerraron los prostíbulos. La medida se produjo en el contexto de la Ley 12331, sancionada el 17 de diciembre de 1936. En ese entonces, los bautizaron como “posadas”. La mayoría de estos sitios estaban ubicados en la Capital Federal.

Con la conocida “ley de profilaxis”, promulgada durante el gobierno de Agustín P. Justo, se prohibieron las casas y locales para el ejercicio de la prostitución. En su artículo 17°, se condenaba a quienes poseían o dirigían esos reductos. Y, en el artículo 1°, se precisaba que la normativa estaba destinada “a la organización de la profilaxis de las enfermedades venéreas, y a su tratamiento sanitario en todo el territorio de la Nación”.

¿Un invento argentino?

Durante mucho tiempo, el “telo” fue considerado un invento porteño. Quizás el término “hotel” expresado alrevés (o alvere) reforzó la idea de la potestad de Buenos Aires. Sin embargo, no hay confirmaciones fidedignas de ello y lo cierto es que existen en varias partes del mundo.

Por caso: en México los llaman “hotel de paso”; en Colombia, “residencia”; en Estados Unidos, “hot-sheet hotel” o motel y en Japón, “hotel del amor”. En nuestro país es mucho más variada la forma de mencionarlos: “amoblada”, “albergue transitorio”, “hotel alojamiento” y el más popular de todos, “telo”.