“El rock murió”, reza el lugar común actual, en boca de aquellos cuya curiosidad pereció mucho antes que este movimiento nacido en los sesenta. De hecho, más allá de que cuantitativamente es el momento en el que Argentina tiene la mayor número y variedad de artistas que se mueven en ese estilo, en términos teóricos, el rock es actitud, provocación y vanguardia. Entonces la analogía con la obra de teatro que Ciudad de Culto fue a ver cobra sentido porque algo de todo eso y más -literal y metafóricamente- es lo que caracteriza a Luciérnagas (Sueño Bastardo), de Horacio Nin Uría que se estrenó el 14 de agosto en el Teatro Nacional Cervantes.
Dicho de otra forma: una historia que transita en una Argentina de la época del Virreinato y se nutre de elementos que vienen del arte de las marionetas; se vale del humor para meterse en temas profundos como los niños abandonados y utiliza la musica ejecutada a través de una guitarra eléctrica, un bajo y varios elementos percusivos, es rock. La puesta es disruptiva, arriesgada y eclética en sus recursos artísticos, con el valor agregado que nunca pierde el registro que propicia un universo recreado en el siglo XVIII.
La trama en apariencia habla de una Buenos Aires del siglo XVIII, un Virrey excéntrico (Lautaro Delgado Tymruk) intenta llevar a cabo su sueño de sembrar el progreso en estas costas remotas. Entre otras cosas, crea una casa para albergar a los niños productos de relaciones extramatrimoniales. Aunque los temas de fondo son los manejos del poder, la hipocresía que imposta preocupación frente a los más desamparados (los niños), el amor y el desamor.
Por si no quedó claro, en todo hecho artístico, no importa lo que se ve a simple vista o lo que dictamine la mirada subjetiva en el lugar común, importa que interpele, que inquiete, que incomode, que emocione, importa la actitud. Y en ese sentido, Luciérnagas alcanza el objetivo.
El elenco está conformado por Mariano Agustín Botindari, Andrés Ciavaglia, Lautaro Delgado Tymruk, Paula Ransenberg, Alejandro Segovia y Paula Staffolani. Se puede ver de jueves a domingo a las 21 h, en la Sala Orestes Caviglia del Teatro Nacional Cervantes (Libertad 815) hasta el 23 de noviembre.