En pleno microcentro porteño, a metros del bullicio de la Avenida Corrientes, existe un pasaje que parece detenido en el tiempo: el Pasaje Rivarola. Entre sus edificios de arquitectura art déco y faroles de otra época, se esconde una pequeña biblioteca vecinal que muy pocos conocen.
Abierta solo tres veces por semana, este espacio guarda libros donados por vecinos, fotografías antiguas del barrio y hasta cartas recuperadas de los años 30. En esta nueva entrega de Perlas de la Ciudad, te invitamos a descubrir este tesoro urbano que resiste con amor y memoria en el corazón de Buenos Aires.
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