El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires finalizó la reducción del vallado de nueve obradores que permanecían en desuso desde 2019, en el marco de la paralizada obra del soterramiento del ferrocarril Sarmiento. Sin embargo, los vecinos de Flores, Floresta, Villa Luro y Liniers continúan exigiendo el retiro definitivo de estas instalaciones.
Los obradores, concebidos como estructuras provisorias para el proyecto de soterramiento, ocupan espacio público y generan problemas de seguridad, higiene y circulación, afectando el paisaje urbano.
Intervención de la Ciudad, Demanda de los Vecinos
La Ciudad de Buenos Aires intervino para mejorar el entorno de las estructuras, señalando que el cierre definitivo de los obradores no es de su competencia al tratarse de una obra nacional. Las acciones realizadas incluyeron:
- Reducción del Vallado: Se achicó la superficie de los nueve obradores hasta en un 50%, acercando las vallas a los bordes de la excavación.
- Mejora de la Visibilidad: Se reemplazaron las chapas opacas por enrejados nuevos, lo que facilita la visión y mejora la seguridad.
Los obradores intervenidos se encuentran en puntos como Av. Rivadavia 8600, Estación Villa Luro, Estación Floresta (dos puntos) y Estación Liniers (Av. Rivadavia 11600), entre otros.
El fin de un proyecto de casi dos décadas
La obra del soterramiento del Sarmiento, licitada en 2006, adjudicada en 2008 y paralizada en 2018 por falta de financiamiento (en el marco de un acuerdo con el FMI), fue oficialmente cancelada por el Gobierno Nacional en las últimas semanas.
- El Túnel: Con solo 7 kilómetros construidos a la altura de Villa Luro, el túnel quedará bajo tierra, sellado con murallas en sus extremos.
- El Consorcio: Las empresas a cargo de la obra—originalmente Iecsa (de la familia Macri/Calcaterra) y la brasileña Odebrecht—han cambiado de manos. Actualmente, las responsables son Sacde (del empresario Marcelo Mindlin) y Ghella.
Ante la cancelación formal del soterramiento, la Ciudad podría replantear el tipo de obra a ejecutar para eliminar la traza ferroviaria como barrera urbana que divide a los barrios. Mientras tanto, la principal expectativa de los vecinos es que se proceda, al menos, con el retiro total de los obradores que siguen obstaculizando la superficie.
